Cuando se llega a una remisión profunda, la alteración en la mucosa del tracto gastrointestinal se recupera, excluyendo la presencia de ulceraciones.
Los síntomas pueden llegar a ser más ligeros y no impactar el estado de la mucosa y la inflamación del organismo.
Estos brotes pueden señalar la necesidad de un cambio en la dosis, la frecuencia de administración o el tipo de medicación.
Existen síntomas que incluso en remisión pueden llegar a confundirse con actividad de la enfermedad, inflamación por hábitos y factores psicoemocionales pueden impactar significativamente.
Conocer tu cuerpo y como se expresa ante estos factores te puede ayudar a tener mejor control y manejo de tu condición.