La EII no se puede considerar exclusivamente de origen hereditario, sin embargo existe evidencia científica que apunta la relevancia del papel de la herencia genética en la prevalencia de la enfermedad dentro de las familias.
[Conoce más acerca del rol de la genética en EII]
¿Sabías qué…?
El riesgo es mayor con la enfermedad de Crohn que con la colitis ulcerosa.
Factores Ambientales y Hábitos
Los factores ambientales tienen un impacto en el funcionamiento de protección y equilibrio del tracto digestivo.
Si bien los factores ambientales no se pueden considerar como causa directa de la EII, se ha investigado la correlación e impacto que tienen en la composición de la microbiota y su impacto en la actividad inflamatoria que está asociada al daño en la mucosa intestinal. Los cambios en ella pueden dañar la capacidad de las células intestinales para responder normalmente.
[Conoce más acerca de la microbiota]
Factores ambientales de riesgo:
- Estilo de vida
- Alimentación
- Tabaco
- Fármacos
- Infecciones
Factores ambientales de protección:
- Estilo de vida
- Alimentación
- Lactancia
- Infecciones
[Conoce más acerca de Vivir un estilo de vida con bienestar]
Somos personas biopsicosociales, lo cual implica que tanto los factores biológicos, psicológicos y sociales tienen un impacto en cómo nos desarrollamos y experimentamos la vida.
Las publicaciones acerca de tratamientos en EII de los últimos años, apuntan cada vez con mayor fuerza hacia la intervención multidisciplinaria, incluyendo tratamiento psicológico, el que estaría orientado a potenciar la adherencia al tratamiento y a mejorar la percepción de calidad de vida de quienes vivimos con una enfermedad crónica.
El cómo pensamos acerca de nuestra condición impacta en cómo nos percibimos y experimentamos el mundo a través de nuestro cuerpo. Si bien, se ha encontrado en diversas investigaciones que las personas con EII presentan mayor sintomatología de ansiedad y depresión que la población general.
¿Sabías qué…?
El Dr. Crohn fue uno de los primeros médicos en sostener que muchas condiciones gástricas e intestinales tenían una estrecha relación con la ansiedad, depresión y el estrés.