Escucha tu Cuerpo, Equilibrio en Movimiento a través del Yoga
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Vivir con Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) puede presentar el desafío de sentir el cuerpo más allá del cansancio y dolor, especialmente durante un brote. Sin embargo hay formas de expresar y reconectar con nuestro cuerpo más allá de la enfermedad, ¡a través del movimiento!
El ejercicio adaptado a tus posibilidades, como por ejemplo a través de prácticas como el yoga y la meditación, puedes encontrar un equilibrio que mejore tanto tu bienestar físico como emocional.
Aquí te mostramos cómo el ejercicio moderado y adaptado puede convertirse en un aliado vital en tu camino hacia la remisión y el manejo efectivo de la EII.
Ejercicio Físico como Puente entre Cuerpo y Mente
En el manejo de la EII, el ejercicio físico no solo es una actividad; es una puerta hacia un estado de bienestar integral. Las rutinas de ejercicio adaptadas te permiten mantener la actividad física sin exacerbar tus síntomas, mientras que las prácticas meditativas y de respiración asociadas al yoga te ofrecen herramientas para manejar el estrés y las emociones que frecuentemente acompañan a la enfermedad.
Cómo Integrar el Ejercicio en Tu Vida con EII
Adoptar una rutina de ejercicio adaptada puede parecer un reto al principio, pero con pasos claros y adecuados, puedes comenzar a moverte hacia una vida más activa y saludable:
- Consulta con Tu Equipo Médico: Antes de comenzar cualquier nueva actividad, es vital que consultes con tu médico para personalizar el enfoque según tu condición y necesidades.
- Comienza a Tu Ritmo: Introduce nuevas actividades gradualmente y observa cómo responde tu cuerpo, ajustando la intensidad según sea necesario.
- Prioriza la Respiración: Utiliza técnicas de respiración para profundizar la conexión entre tu mente y cuerpo, maximizando los beneficios de cada sesión.
- Consistencia sobre Intensidad: La regularidad es más importante que la intensidad. Encuentra un ritmo que mantenga tu cuerpo en movimiento sin sobrepasar tus límites.
Beneficios Integrales de la Práctica
Por ejemplo el incorporar el yoga y la meditación en tu rutina ofrece beneficios físicos, aunado a un profundo alivio mental y emocional, crucial para el manejo integral de la EII:
- Conexión mente-cuerpo: El yoga te ayuda a desarrollar una conexión más profunda entre tu mente y cuerpo, permitiéndote entender mejor tus necesidades físicas y emocionales.
- Reducción del estrés y ansiedad: La práctica regular contribuye a la gestión del estrés y la ansiedad, lo que puede reducir la frecuencia de los brotes y mejorar tu calidad de vida en general.
La Pisc. Sofía Alvarado (2024) nos recuerda la importancia de ascender del cuerpo a la mente, enfatizando que en el yoga, la intención guía nuestra práctica, y la técnica sirve a esa intención, no al revés. Invitándonos a centrarnos en la intención de conectar a través de la respiración regulada y enfocada, dejando la postura técnica en segundo plano.
Alvarado (2024) nos recuerda, “adoptar estas prácticas es darnos permiso para vivir plenamente, encontrando equilibrio y fuerza en cada respiración.” El ejercicio en la práctica del yoga y la meditación son más que ejercicios físicos; son un enfoque holístico para conectar con nuestro cuerpo a través de la respiración, movimiento e intención.
Articulo redactado por la Psic. Estela Martínez a partir de la mesa redonda dirigida por la Psic.Sofía Alvarado: “Escucha tu cuerpo” impartidas el 7 de diciembre del 2024 en el evento “Equilibrio y Bienestar Viviendo con CUCI”, organizado por Chronnect.