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Fermentados | Taller de Kéfir en Casa – Chronnect

El kéfir es un fermentado lácteo reconocido por su alto contenido de probióticos y por su potencial para apoyar la salud digestiva, la función inmune y el equilibrio del microbioma intestinal. En Chronnect buscamos ofrecer herramientas accesibles, basadas en evidencia y seguras para quienes viven con Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII).

Esta guía ha sido elaborada especialmente para personas con Colitis Ulcerosa (CUCI) y enfermedad de Crohn, con el propósito de acompañarte en la preparación casera del kéfir y brindarte las consideraciones médicas necesarias antes de integrarlo a tu alimentación.


1. ¿Qué es el kéfir y por qué puede ser útil en la EII?

El kéfir es una bebida fermentada producida a partir de nódulos vivos que contienen una mezcla de bacterias y levaduras que transforman la leche en un probiótico natural. Algunos estudios sugieren que el kéfir puede:

  • Favorecer la diversidad del microbioma intestinal.
  • Disminuir procesos inflamatorios leves en algunas personas.
  • Mejorar la digestión y la tolerancia a lácteos debido a la reducción de lactosa durante la fermentación.
  • Contribuir a la regulación inmunológica y al bienestar digestivo.

 

Sin embargo, no todas las personas con EII toleran de la misma forma los lácteos o los fermentados. Por ello, su uso debe ser cuidadoso, gradual y supervisado.


2. Contraindicaciones: ¿cuándo NO es recomendable consumir kéfir si tienes CUCI o Crohn?

El consumo de kéfir está contraindicado en las siguientes situaciones:

  • Brote moderado o severo (CUCI o Crohn)
    Durante una exacerbación activa del cuadro, el intestino está más sensible y reactivo. El kéfir, por su acidez y contenido de microorganismos vivos, puede incrementar diarrea, dolor abdominal, urgencia e inflamación.
  • Pacientes inmunosuprimidos sin supervisión médica
    Incluye personas en tratamiento con dosis altas de corticoides, azatioprina, 6-MP, metotrexato, inhibidores JAK o ciertos biológicos. Los alimentos fermentados no pasteurizados pueden representar riesgo de infección en casos específicos.
  • Alergia o intolerancia severa a proteínas de la leche
    Aunque el kéfir contiene menos lactosa, mantiene proteínas lácteas. Si existe alergia o intolerancia marcada, su consumo debe evitarse.
  • Síntomas gastrointestinales activos sensibles a lácteos o fermentados
    Si existe diarrea intensa, distensión severa, dolor abdominal significativo o náusea persistente, el kéfir puede agravar los síntomas.
  • En Crohn con estenosis o síntomas obstructivos
    Los gases derivados de la fermentación pueden empeorar la distensión y el dolor.
  • Pacientes con pérdida de peso acelerada o riesgo nutricional elevado
    En estas situaciones, cualquier fermentado debe evaluarse de manera individual y solo bajo supervisión especializada.
  • Infección gastrointestinal activa o uso reciente de antibióticos
    El intestino necesita estabilidad antes de reintroducir microorganismos vivos.

3. Recomendaciones médicas para su uso seguro

Para integrar el kéfir de forma adecuada en la alimentación de una persona con CUCI o Crohn, se recomienda:

  • Consultar previamente a un gastroenterólogo o nutriólogo clínico.
  • Introducirlo de manera progresiva, comenzando con 1 o 2 cucharadas por día para evaluar tolerancia.
  • Suspenderlo en caso de aumentar el dolor abdominal, distensión o diarrea significativa.
  • No utilizarlo como sustituto del tratamiento médico indicado.

 

Cada cuerpo responde de manera distinta. La clave es observar, escuchar al cuerpo y avanzar con acompañamiento clínico.


4. Materiales necesarios para preparar kéfir en casa

Para elaborar tu kéfir, necesitarás:

  • Frasco de vidrio de 1.8 litros
  • 10 g de nódulos frescos de kéfir (equivalen aproximadamente a 1 cucharada sopera)
  • 1 taza de leche entera sin aditivos (se sugiere Santa Clara por su estabilidad en fermentación)
  • Cuchara de plástico, bambú o silicón
  • Colador de plástico de malla fina
  • Servitoalla o manta cielo y una liga para cubrir el frasco
  • Frasco pequeño adicional para almacenar nódulos en caso necesario
  • Uso de kits comerciales de kéfir

Puedes utilizar un kit comercial siempre que incluya nódulos vivos de kéfir de leche, frasco de vidrio, cuchara no metálica, colador plástico o tapa-colador, y una tela respirable para cubrir.

Para adquirir nódulos, busca:
“nódulos de kéfir de leche”, “milk kefir grains” o “búlgaros de leche vivos” en tiendas confiables.
Evita tibicos o kéfir de agua, ya que no sirven para fermentar leche.


5. Consideraciones de seguridad previas

  • Los nódulos vienen en un líquido de transporte que no debe consumirse.
  • Evitar utensilios metálicos, ya que pueden afectar la actividad de los nódulos.
  • No lavar los nódulos con agua; si es necesario limpiarlos, usar un chorrito de leche fresca.
  • Mantener siempre condiciones higiénicas y frascos limpios.

6. Preparación paso a paso

1. Colar los nódulos

Vaciar el contenido en un colador plástico y desechar el líquido de transporte.

2. Enjuague suave (opcional)

Agregar un poco de leche fresca sobre los nódulos, mover suavemente y volver a colar.

3. Colocar los nódulos en el frasco

Usar aproximadamente 10 g (una cucharada sopera).

4. Agregar la leche

Añadir 1 taza de leche entera y mezclar suavemente.

5. Cubrir el frasco

Cubrir la boca del frasco con servitoalla o manta cielo asegurada con una liga. El kéfir requiere oxígeno para fermentar.

6. Fermentación

Colocar el frasco en un sitio sin luz solar directa.
No refrigerar, no agitar y no abrir repetidamente.
La fermentación dura entre 18 y 24 horas, dependiendo de la temperatura ambiente.
Es normal observar separación entre sólido y líquido o un aroma ácido suave.

7. Al día siguiente

Colar nuevamente. El líquido es el kéfir fermentado.
Envasar en un frasco limpio y refrigerar por 1 a 3 días.
Alimentar los nódulos con leche fresca para iniciar un nuevo lote.


7. Cuidado y mantenimiento de los nódulos

  • Alimentar los nódulos con leche fresca cada vez que se cuela el kéfir.
  • Si no se preparará kéfir durante varios días, mantenerlos en leche dentro del refrigerador por un máximo de cinco días.
  • Descartarlos si presentan mal olor, moho o cambios atípicos en color o textura.
  • Minimizar el contacto con metal.
  • Mantener un ambiente limpio y utensilios higiénicos.

8. Importancia de pesar los nódulos

La proporción entre nódulos y leche determina la calidad del kéfir.

  • Un exceso de nódulos en poca leche produce una fermentación demasiado rápida, resultando en un kéfir muy ácido y potencialmente irritante para personas con EII.
  • Una cantidad insuficiente de nódulos puede generar un kéfir débil, sin los beneficios esperados.

Pesar los nódulos ayuda a mantener una fermentación estable, segura y más predecible.


9. Escucha a tu cuerpo

El kéfir puede ser un complemento útil para algunas personas con CUCI o Crohn, pero no es adecuado para todos. Lo esencial es:

  • Avanzar con acompañamiento profesional.
  • Introducirlo de manera gradual.
  • Respetar los tiempos y la tolerancia de tu cuerpo.
  • No forzar su consumo si genera malestar.

Consulta con tus especialistas antes de introducir kéfir a tu dieta.

En Chronnect entendemos la importancia de contar con información clara y accesible para tomar decisiones informadas sobre tu salud. Esta guía busca acompañarte en ese proceso, priorizando tu bienestar y seguridad.

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